Jaguar E-type Series 1




Jaguar E-type Series 1



Era el mes de marzo de 1961 y en el salón de Ginebra Sir William Lyons volvió a sorprender a todo el mundo (como ya lo había hecho con el Jaguar XK 12
0) presentando el Jaguar E Type. Fue un coche inconfundible, atractivo y extremadamente rápido, y su encanto aún hoy no se ha extinguido. Este deportivo, creado a partir de un prototipo de competición que finalmente no llegó a cuajar, se vendió durante más de diez años y, cuando dejó de fabricarse en 1975, todavía resultaba tan sensacional como al principio. Los Jaguar E Type bien conservados, aún en nuestros días, son coches muy codiciados por los coleccionistas.
El primer Jaguar E Type , concebido en 1956 / l957, era un deportivo que pretendía suceder al coche de carreras Jaguar “D”. Más pequeño y ágil que éste, pero con suspensión totalmente independiente, podría haber sido el digno sucesor de un bólido que ganó las 24 Horas de Le Mans tres veces.

En aquel momento, la política de la empresa sufrió un brusco giro: Jaguar decidió dejar las carreras de coches y, como consecuencia, el Jaguar E se remodeló por completo, convirtiéndose en un deportivo de serie.
Siguiendo directamente la línea de los últimos XK150, en 1961 el E original, -que desarrollaba 240 km/h- vino a redefinir completamente el concepto que hasta entonces se tenía de un Supercoche producido en serie.
Al igual que el D, el E montaba una sección central monocasco de acero prensado, combinada con una estructura de chasis multitubular dispuesta de delante a atrás, todo ello bien vestido con una carrocería de probadas características aerodinámicas y bello diseño, en la cual las luces delanteras se escondían tras unas cubiertas de cristal. Concebido en un principio como un deportivo descapotable de dos plazas, inmediatamente se presentó en su versión de roadster cupé, que realmente podía considerarse un “hatchback”, debido al enorme tamaño de su portón trasero.
La suspensión trasera totalmente independiente era algo nuevo para Jaguar, aunque la marca ya estaba desarrollando esta fórmula para aplicada en la nueva generación de sedanes que vendría a continuación. La suspensión trasera, que quedaba “colgada” del chasis junto con el palier y los frenos traseros en una subestructura de acero, se iba a convertir en el nuevo patrón a imitar por muchos de los futuros Jaguar.
El árbol motriz, de tamaño fijo, formaba una horquilla en la parte superior y, para compensar todas estas fuerzas, cada una de las ruedas traseras montaba dos unidades de amortiguación que combinaba muelles helicoidales y amortiguador.
Lo que nunca se puso en duda fueron sus prestaciones, pues lo cierto es que este automóvil podía fácilmente alcanzar una velocidad máxima superior a los 200 km/h.
Los primeros coches sólo podían contar con un pequeño habitáculo hábil para dos personas, (los “cupés fastback” resultaban, por supuesto, más espaciosos), pero esto se debía a la existencia de unos refuerzos en la carrocería necesarios para dotar al casco de mayor firmeza, así que no hubo quejas al respecto. La ventilación del habitáculo resultaba pobre y el motor tendía a sobrecalentarse rodando a bajas velocidades en medio del tráfico, pero los clientes, fascinados por el precioso diseño y las altas prestaciones del E, sabían perdonárselo todo.

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